lunes, 4 de enero de 2010

El Hormiguero



El hormiguero, para aquel que aún no lo sabe, es un "Talk Show", en otras palabras, un espacio abierto a la conversación, al humor, y a la aparición de secciones poco comunes.

En este caso este programa es una copia, lo cual ya muchos saben, de la versión original española, y que no tiene muchos cambios respecto a la versión original, pero el punto céntrico, es el mismo, o eso intentan.

En este primer programa, en el cual no muchos sabían de que se trataba este programa, vimos altos y bajos, aparecieron secciones para todo tipo de personas, pero denotando un humor en especial para niños pequeños. ¿Realmente le interesa a un oficinista de 35 años, que mañana debe levantarse temprano para ir a trabajar, ver como Tonka Tomicic es levantada por globos de helio? Pues no, y he ahí el punto, a lo mejor no es para mi abuela de 72 años algo espectacular, pero si para mi primo de 8 años que saltaba de alegría al ver como entraban los motociclistas con lo que parecía ser comida China.

Los creativos "Copano" apuntaron a una mezcla de emociones, a una mezcla de situaciones, que variaron para diferentes tipos de públicos, de esta manera tomando la situación anterior, mi primo no tenía idea quien era Ivan Zamorano, y por eso prefirió tomar su trenesito y ponerse a jugar, mientras que mi abuela se sentaba con una taza de té frente a la caja idiota riéndose con los chistes fomes de Sergio Lagos.

Y así pues, este programa, al igual que una centenar de otros no es para verlo solo, se disfruta mas, teniendo una familia alado y compartir experiencias y anécdotas mientras transcurre el programa, así era pues, como mi abuela le contaba a mi primo como sudaba ella con Zamorano.

Por otra parte la conducción no tuvo mayores problemas, fue una buena dupla, ni mas ni menos, eso si destacando variados errores de relleno, aunque claro, es el primer programa, nunca se le puede pedir mucho, de los errores se aprende y la vida mejora... Aunque ya veremos, mientras tanto, mi primo sigue jugando con su trenesito, y mi abuela sigue recordando sus tiempos de oro.

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